jueves, 25 de marzo de 2010

REVOLUCIÓN EDUCATIVA SEGUNDA PARTE

El pasado jueves 18 de marzo se publicó en el boletín UNAM.DGCS-167, una entrevista con el Dr. Guillermo Hurtado, Director del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM, con la cual sostiene que nuestro país atraviesa por una crisis de sentido, la falta de una brújula que nos indique a los mexicanos el rumbo de nuestros pasos, comenta que después de la Revolución, y a lo largo de casi medio siglo nuestro pueblo tenia la mirada puesta en ciertos objetivos, ideales y metas. Además, de tener consenso sobre que problemas se debían resolver y que acciones llevar a cabo, sin embargo con el transcurrir de los años ese motivo se colapsó y una vez derrumbado, en vez de construir uno acorde a los nuevos tiempos, nos quedamos sin nada.
¿Será verdad que hemos perdido el sentido de la nacionalidad mexicana, a partir de la cual nos religamos como un nuevo Estado Independiente?
¿Los mexicanos perdimos la confianza en las instituciones y nuestros gobernantes?
Para este académico "las semillas de ese nuevo modelo están en las aulas, por eso es necesario emprender una cruzada educativa, porque si queremos cambiar al país, debemos empezar por cambiarnos nosotros mismos, y en eso la UNAM, puede aportar mucho al recordar a la gente que, como nación, hemos tenido y podemos tener un espíritu que guié e impulse a construir un conjunto de razones, valores e ideales que nos permitan solucionar problemas."
Es evidente que la educación que se imparte principalmente en las educaciones públicas debe ser el motor detonador del cambio, desde las aulas se debe crear conciencia ciudadana de sentido social, debemos pensar si en beneficiarnos pero también en beneficiar al colectivo que nos rodea, esta no es sólo tarea de la UNAM, tenemos al IPN a la UAM, a las Universidades estatales, entre otras instituciones de enseñanza.
Se requiere brindar educación de calidad para recuperar el espíritu nacional que nos vuelva a dar identidad y estabilidad, para comprender nuestro pasado, presente y lo que deseamos para nuestro futuro, en este sentido todos tenemos la obligación de transmitir nuestro conociminetos a las personas con las que convivimos día con día, despetar inquietudes sin que ello sea manipulación, para construir una nueva realidad que nos beneficie a todos.
Ante esta situación el investigador mencionado precisa que se pueden asumir dos posturas, el "pesimismo y el optimismo son dos suertes de fatalismo. El primero, sostiene que, no importa qué hagamos, estamos condenados al fracaso; el segundo, consiste en la creencia de que se van a resolver por sí sólos. Lo ideal es apostarle al meliorismo, que sostiene la idea de que sí podemos estar mejor, pero para eso debemos trabajar, porque nuestro futuro no está escrito por los astros o los dioses, porque no hay astros ni hay dioses, el futuro lo hace cada uno."
En este orden de ideas, resulta evidente que no existe otro camino que no sea el de esforzarnos por recuperar identidad y confianza que nos de cohesión a los mexicanos, a través de la recuperación de valores, replantear nuestros objetivos como sociedad, volver a tener credibilidad en las instituciones con la única finalidad de lograr tener una mejor forma de vida para nosotros y las nuevas generaciones.

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