REVOLUCIÓN EDUCATIVA

Nos cuestionamos en la actualidad como se puede dar una revolución en el Estado moderno, resulta evidente que recurrir a las armas como el medio idóneo de conseguir el cambio del estatus quo no es la mejor opción, la mejor arma que han demostrado las naciones desarrolladas para logran un verdadero cambio en sus estructuras y lograr un alto nivel de vida para sus habitantes se llama educación, ésta les ha dado la posibilidad de alcanzar finanzas sanas superar cualquier tipo de crisis, un desarrollo científico y tecnológico que los ha posicionado por encima de las demás naciones que se encuentran aletargadas porque en gran medida no se han preocupado, interesado o por razones internas y de manejo de su población, en brindar una educación de calidad que les permita a sus habitantes el desarrollo de conocimiento y su empleo en las necesidades industriales y comerciales y culturales que el mundo global actual demanda.

Si una revolución implica un cambio radical para modificar las estructuras y transformar las instituciones sin causar el caos, considero sólo se puede hacer de manera pacífica fortaleciendo la educación que nos permita generar la formación adecuada de los ciudadanos mexicanos para convertirlos en personas conscientes de su realidad que les permita aportar las herramientas necesarias para cambiarla aun en contra de los intereses nacionales y transnacionales que desean que la situación actual se mantenga.

El pasado 16 de marzo el Rector de nuestra Casa de Estudios UNAM, pronunció una conferencia intitulada ¨Panorama de la Educación Superior en México¨, la cual fue reseñada en el Boletín UNAM-DGCS-163, de la siguiente manera:

¨...Requerimos corregir el rumbo porque el modelo ya no es el adecuado... Ni hemos crecido ni la gente ha mejorado su condición económica, abundó. Además la contingencia y la invalidez se imponen a las reformas de fondo que el país demanda para estar en condiciones de de restribuir la riqueza. Todos sabemos que se tiene que invertir en educación, pero la contingencia se impone a los proyectos, apuntó.

Por ello, o realizamos los cambios o repetiremos los mismos errores. La lección de la crisis es que debemos flexibilizar el debate doctrinario y romper los dogmas. Mas allá de quienes afirmaban que la mano invisible del mercado resolvía todo, o casi todo, la sociedad requiere la mano visible del Estado, asentó.

estamos ante una crisis económica, pero también de valores. No sólo perdimos el ritmo de crecimiento, sino que ahora tenemos que trabajar en el fortalecimiento de principios laicos y aquellos que se vinculan con la solidaridad, la cientificidad, la dignidad y la lucha contra la ignorancia.

En consecuencia, requerimos un acuerdo social con la participación de todos los sectores con un programa de Estado, no de un gobierno o un partido, o sólo pensando en las elecciones.

No podemos aceptar que haya 50.6 millones de pobres y casi uno de cada cinco habitantes del país sobreviva en condiciones de pobreza extrema.

Frente a ese panorama-propuso-, se impone que crezca la inversión en el nivel de educación superior. México reclama recursos crecientes y no de ajustes presupuestales. Tenemos que superar indicadores como el que sitúa al país en este ámbito de la educación en el lugar 127 de 134 a nivel internacional, por el grado de calidad en la enseñanza de matemáticas y ciencias.¨

No existe un canimo no violento para lograr una revolución y un verdadero cambio que no tenga como soporte la educación que proporciona el Estado, es una obligación constitucional de las autoridades el brindar educación de calidad para el desarrollo integral en todas las áreas del conocimiento del pueblo mexicano, se requiere como lo expresa el Dr. Narro la mano visible del Estado, a través de una política educativa eficiente, la asignación de mayor presupuesto y un correcto manejo del mismo, rompamos con el dogma, los cotos de poder y los cacicazgos, no es posible que exista una secretaria vitalicia del Sindicato de Maestros al Servicio del Estado, la cual como sabemos patrocina a su propio partido político, y sus decisiones e intereses impactan de manera negativa en la educación del país.

Se requiere trabajar a fondo en este aspecto fundamental de la sociedad y el Estado mexicano para lograr un verdadero cambio a mediano y largo plazo en las instituciones, cuando logremos desde el lugar en el que cada quien nos desempeñamos o participemos con las instituciones encargadas de impartir educación con una visión diferente a la tradicional que por años no ha arrojado buenos resultados, nuestra realidad será diferente.