“El capitalismo no piensa, el capitalismo actúa”, esta frase se expresó, como conclusión en una de nuestras clases, a través de este sistema económico se busca la obtención de riqueza y la acumulación de ganancias sin dar mucha importancia a las cuestiones sociales y espirituales, las políticas de las empresas se encaminan a disminuir sus costos de producción y obtener los mayores beneficios, los trabajadores se convierten en un elemento más de la producción.
Si el capitalismo sólo actúa para conseguir sus fines sin importar mucho sobre quién tenga que pasar para conseguirlos y no piensa, a alguien le corresponderá hacer esta segunda tarea, recuerdo el consejo de algún maestro que nos decía jóvenes puro hacer, hacer y no pensar no sirve de nada, así como puro pensar, pensar y no hacer tampoco, en la vida hay que pensar y hacer, inmersos en el modelo capitalista es tiempo de que pensemos y actuemos no debemos quedarnos pasmados y pensar la mejor forma en la que podemos insertarnos en este esquema, nuestro maestro nos refirió la anécdota del burro cañero, no más pacas de paja, debemos jugárnosla por el todo puede representar un reto romper con los paradigmas con los que fuimos educados como un pueblo conquistado predestinado a obedecer y a no cuestionar, nuestra concepción de la vida debe cambiar para que en los hechos sea diferente.
La universidad no ha dado muchas herramientas para triunfar, nuestra educación ha costado mucho a nuestro pueblo, llegó el momento de regresar un poco de lo que hemos recibido y emprender nuevos proyectos de los que nos beneficiemos y participemos a los demás, lo que dejemos de hacer los egresados de estas aulas nadie lo hará, el ser meros espectadores no da la misma satisfacción que ser parte de la obra y eso creo que ya vivimos.
La vida con sus alegrías, éxitos y aún con sus fracasos y tristezas es muy bonita, hasta ahora sólo podemos comprobar que sólo tenemos una que avanza día con día y no tiene marcha atrás y como todo en algún momento llegará a su final, pues vivámosla con mucha intensidad y alegría para cuando lleguemos al final estemos con el deseo de expresar, “SI ASÍ ES LA VIDA, QUE SE REPITA”.
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